Las novelas realistas europeas nos regalaron heroínas inolvidables. ¿Puedes identificarlas?
Heroína nº 1
Nuestra primera heroína padece graves conflictos entre su pasión amorosa y sus deberes conyugales, entre sus deseos de independencia y las restricciones de las convenciones sociales de su época. Es inteligente, hermosa, apasionada, educada, elegante… Tiene gracia y encanto. Como mujer cultivada, muestra su gusto por el arte. Sin embargo su espíritu apasionado acaba convirtiéndola en una mártir de las contradicciones de su clase y la doble moral que la Rusia patriarcal de su tiempo imponía a las mujeres y los varones frente al adulterio. Sobre todo, se convierte en víctima de su anhelo de encontrar la felicidad a través de un hombre y no del desarrollo de una vida plena. ¿Quién es? Conócela a través de las palabras de su creador:
_Ana _dijo Karenin_, es necesario que mires un poco lo que haces.
_¿Por qué lo dices? _preguntó Ana.
Y miró tan alegre y cándidamente a su marido, que cualquiera hubiese dicho que el tono de su voz y su pregunta eran absolutamente normales. pero Karenin conocía perfectamente a su mujer. Sabía que, cuando él faltaba a cualquiera de sus costumbres, siempre le preguntaba las causas y que ella le contaba siempre a su vez sus alegrías y sus pesares. Resultaba, pues, muy significativo que Ana no quisiera hablar por sí misma ni quisiese hacerse cargo de la agitación de él. El alma de su mujer, abierta para Karenin otras veces, aparecía ahora cerrada. Incluso comprendió por el tono de su mujer que no estaba en su ánimo disimularlo y que así sucedería en el futuro. Karenin se imaginó estar en el caso de un hombre que, al volver a su casa, encuentra la puerta cerrada.
Heroína nº 2
Está obsesionada con la búsqueda de la felicicidad, entendida como una existencia apasionante, un amor exaltado y un ambiente de lujo, lo que contrasta con su apacible vida en una ciudad provinciana.
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